No obstante algunos de los elementos que se pueden definir como fundamentales en esta manera de ver la educación son los siguientes:
- Respeto a la autodeterminación de los individuos.
- Exigencia de igualdad de los miembros que conforman los grupos comunidades e instituciones
- La justicia, el respeto y la confianza como valores cruciales para el funcionamiento de los grupos y centros.
- Rechazo de la autoridad unilateral, la coerción y el castigo como métodos.
- Rechazo de las jerarquías, las estructuras piramidales y los roles que permiten el ejercicio de poderes limitadores de unos individuos sobre otros.
Si se miran sin detenimiento estos ideales parecen ser difíciles de aplicar a escuelas, centros o espacios educativos, sin embargo proyectos como las escuelas creadas por Leon Tolstoi durante el siglo XIX, la Little Commonwealth creada por Homer Lane en Estados Unidos a principios del siglo XX, Summerhill y Sudbury Valley School, tienen todos en común esos principios éticos, filosóficos y educativos.
Sin embargo uno de los elementos fundamentales que yo pondría como centro de todos los demás para hablar de una verdadera educación democrática es el hecho de poner el respeto a la autonomía y desarrollo del niño como primer objetivo y compromiso.
Esto se debe traducir en:
- Respetar las particularidades, ritmos e intereses de cada niño
- No imponer la asimilación de los conocimientos y la cultura como la meta priroritaria sino el desarrollo de los Daniel Goleman ha definido magistralmente como inteligencia emocional.
- No utilizar los currículos y programas como objetivo de la educación y como fin para medir el éxito de la escolarización y de los resultados de los estudiantes.
- No utilizar los exámenes como mecanismo para evaluar la asimilación de esos sistemas y programas de conocimientos y clasificar en notables, buenos, regulares y malos a los alumnos.
- Fomentar la autonomía, la autodeterminación el interés y la motivación y valores como la perseverancia, la constancia y el esfuerzo para conseguir los objetivos que cada niño elige libremente.
- Poner al juego y las actividades propias de cada edad como el eje de la enseñanza dejando que constituya el motor y el espacio de asimilación de habilidades y conocimientos.
- Fomentar la responsabilidad de los actos propios con respecto a los demás miembros del grupo y la sociedad no a través de castigos y sanciones económicas o de privación de libertades sino a través de la reparación moral y material y la retribución emocional y física de los daños o perjuicios realizados sobre los semejantes. Siempre cara a cara y ante el grupo. (Aquí los modelos de justicia reparadora y retributiva de muchas tribus en algunas culturas son ejemplares) y las Asambleas de Sudbury Valley el referente fundamental.
Centros como Summerhill, Sudbury Valley y Hadera son verdaderos exponentes de este enfoque.
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